"No pidas una vida fácil. Pide ser una persona más fuerte."

martes, 28 de enero de 2014

La vie en rose.

Buenas noticias. El bichito está rindiendose poco a poco.
Como ya os dije en la entrada anterior, el pasado día 23 de enero fue con mis padres a Ciudad Real, a que me hicieran la prueba de la jeringa de plomo. El deseado y a la vez temido PET. El resultado fue positivo :)
No os lo puedo explicar en términos médicos, pero en resumen, la masa que se había acumulado en el mediastino (zona del externon) se ha disuelto. Eso es muy buena noticia, porque nos indica que nuestra amiga ABVD está funcionando. Que estos dos meses de quimio están matando al bichito. Pero todavía queda mucho camimo hasta la curación. De momento, hasta el 2 de Mayo seguimos con el mismo tratamiento, quimioterapia ABVD cada 15 días. Una vez terminado, me mandarán otro PET, y ya veremos cual sería el siguiente paso.

Pensando y pensando... llevo desde el 27 de noviembre con la dichosa quimio. Ya son 5 de 12 sesiones, y estoy al comienzo del tercer ciclo y son seis (cada ciclo consta de dos sesiones.) Recapitulando todos estos días, estos tres meses recibiendo el venenito curativo, me he planteado varias cosas. La primera de todas. "Se puede ser feliz con muy poquito." Dependiendo de la situación que uno esté viviendo, tiene unas necesidades u otras, obviamente.
Los días después de que me diagnosticaran esta enfermedad, estaba en paz, sentía simplemente paz. Sentía fuerza, ánimo, esperanza... pero no podía plantearme ser feliz de ninguna manera. ¿Cómo iba yo a poder ser feliz? ¿con todo lo que nos estaba pasando y lo que se nos venía encima? En eso momentos no era consciente de esas preguntas, ni siquiera me planteaba esa palabra. Lógicamente, cuando te acaban de dar mazazo semejante, cuando ves a tu familia y amigos sufriendo por la desagradable noticia, no puedes plantearte nada que acompañe la palabra "felicidad".
Pero, sin embargo, todo termina normalizandose. El mundo vuelve a girar como giraba antes, aunque yo lo observo desde mi ventana, él sigue su camino. Una vez que todos dejamos a un lado los lamentos y la típica sensación de despertarse y pensar: ¿ha sido todo una pesadilla? Empezamos a vivir de nuevo.

Ahora mi vida y mis necesidades son distintas. Ahora disfruto de pequeñas cosas a las que antes no prestaba atención. Y no puedo decir que el día que me dan la quimio grito a los cuatro vientos que la felicidad inunda mi vida, porque no. Pero haciendo valance desde el dia 27 de noviembre, puedo decir que SOY FELIZ. Estoy enferma, cada vez tengo menos pelo, estoy inchada, más gorda, me siento debil física y mentalmente, y académicamente hablando soy nula, en ganas y espíritu. Pero soy feliz, porque todos los días me río a carcajadas por alguna tontería, me encanta estar en pijama, cocinar con la thermomix, que mis papis y mi novio me mimen y comer donuts para desayunar. Me encanta mi mantita de pingüinos, los zumos de mango, las novelas de después de comer, colorear mandalas, viciarme al candy crash. Me encanta cuando Jorge llama a la puerta, dia tras dia; me encanta arreglarme para salir o para recibir visitas las conversaciones por whatsapp, las series de antes de irme a dormir, hablar con mis gatos como si estuviera loca de remate, escuchar música que hacía siglos no escuchaba, volver a ver películas que había olvidado. Me encanta cuando llega mi madre de trabajar, cuando salimos a comer fuera o al centro comercial, cuando me reuno con mis amigos y mi familia. Me encanta salir a la calle con gorro, guantes, tres bufandas y gafas de sol, porque parezco famosa. Me encanta la vida, aunque ahora sea diferente. Echo de menos muchísimas cosas, y me sobran demasiadas también. Pero no por ello voy a ser menos feliz.



Viva la vida.

lunes, 20 de enero de 2014

Gracias.

Eso que dicen de que las cosas verdaderamente importantes se empiezan a apreciar en los peores momentos, es verdad. Sin ir más lejos, el pasado viernes celebré una cena en mi casa, para mi grupo de amigos, con motivo de mi cumpleaños. Fue una noche inolvidable, pues no era un cumpleaños corriente… era especial. Tan especial, que me regalaron un vídeo precioso, lleno de fotos y vídeos de momentos que hemos pasado juntos. En realidad, es el regalo más bonito que me han hecho en mi vida.
A raíz de este fantástico regalo, me he dado cuenta de que ya son tres meses de camino, y todavía no he agradecido a nadie lo mucho que me ayudan a superar los días malos, y a disfrutar los días buenos.
Esta entrada de blog es algo así como el reverso de un CD, donde el cantante o el grupo agradecen su trabajo a productores y compositores, y su cariño a familiares y amigos.

¿Cómo empezar?
Desde luego, los capitanes de mi barco son ellos: Mamá y Papá. Los que más me cuidan, y con los que paso más horas a lo largo del día. Los agradecimientos más grandes son para ellos.
Seguro que muchos de los que leéis esto, pensáis que lo que ellos hacen es lo que haría cualquier padre o madre. No lo se. Lo que si se es que hacen que cada día sea más fácil, siendo mis enfermeros particulares, mimándome como nunca, y haciendo realidad todos mis deseos, o casi todos…
Mamá, con sus abrazos y sus besos, con su sonrisa que nunca pierde a pesar de todo. Con sus cuidados a todas horas, y sus ganas locas de hacerme feliz con cualquier cosa. Gracias a ella me río todos los días, aunque esté recién “envenenada”, sin ganas de nada, ella consigue hacerme sonreír. Gracias Mamichula porque sin ti no podría. (Suena típico, pero es la verdad).
Mi padre, que siempre ha sido un poco cardo, para que nos vamos a engañar, es mi enfermero favorito. El zumo de naranja natural de por las mañanas, nuestro idioma secreto, nuestras conversaciones mientras vemos Mujeres y Hombres y Viceversa, que aunque decimos que es una “castaña” en realidad nos gusta verlo.
(Carlos y Jose, a vosotros también os quiero. No os pongáis celosos jajaja)
Mis abuelos. Que menudos disgustos les doy. “COME HIJA, COME”. Menos mal que con las corticoides no paro de comer y estoy engordando un poquito, que sino, mi pobre abuelita penaría por las esquinas… jajaja
No creo que sean conscientes de lo muchísimo que les quiero.

Tías, tíos, primos y primas: vuestra fuerza me llega a diario. Se que cada día tenéis un ratito para acordaros de mí. Quiero hacer mención a mi lado feminista, y agradecer a las mujeres de mi familia sus ánimos y muestras de cariño conmigo. En especial, mando miles de besos a mi tía Chon y a mi tía Lauri, siempre con sus palabras alentadoras. Llenáis mi corazón de esperanza. Y también a mis primas del alma: Clara, Miriam y Laura, que cada día se acuerdan de mí. Y como iba a olvidarme de mi tía María Suárez. Que no nos une la sangre, pero siento un vínculo muy especial con ella.
Los demás, no os sintáis menospreciados, por favor. Os quiero con todo el alma familia. A todos y a cada uno de vosotros.

Mi debilidad. Mi niño grande. Otro puñado de gracias las que le tengo que dar a mi “cari”. Cada día me alegra la vida con sus visitas. Lo que más le tengo que agradecer es que nada haya cambiado. Es el mismo de siempre conmigo. Cuando me he cortado el pelo, cuando me lo he rapado, he podido seguir viendo en sus ojos el mismo amor. Parece una tontería, pero no le ha preocupado ni lo más mínimo quedarse sin mi pelo. Recuerdo cuando le decía, hace mucho tiempo, que me quería cortar el pelo. Y el me contestaba que ni se me ocurriera, que a él le encantaba mi pelo, y que si me lo cortaba me dejaría (de broma, claro está).
Gracias a él, mi autoestima está a tres metros sobre el cielo. Me siento guapa, incluso inchada, medio calva y con ojeras. Gracias a él. No todo el mundo tiene la posibilidad de someter a su pareja a una prueba de amor. Yo si la he tenido, y él la ha superado. Esto me demuestra que nuestro amor puede con todo.
Espero llegar a viejita contigo, Jorge.

Llegó el momento de homenajear a los protagonistas reales de este post: mis amigos. No solo a los que han colaborado con ese precioso vídeo. A muchos más que se lo mucho que se han preocupado por mí. Pensaba nombraros a todos, y dedicaros personalmente unas líneas, pero no acabaría jamás. Amigos de Marchamalo, amigos de Guadalajara, amigos del musical The Viriats amigas de la Universidad y amigos de mi pueblo querido, Huertapelayo.
Cada palabra, cada whatsapp, cada llamada, cada visita, cada gesto de cariño, cada sonrisa vuestra, cada regalo, cada viaje al hospital, cada risa, cada llanto. Cada momento os agradezco. Incluso cada pensamiento positivo. Cada vez que pensáis que vuestra amiga Mery se va a curar, una célula cancerosa muere dentro de mí. Vosotros estáis venciendo al bichito mano a mano, conmigo.
Me encantaría devolveros algún día todo lo que hacéis por mí. No os debo una, os debo un ciento.

Quiero hacer una mención especial a la familia de Jorge. En especial a sus padres y a su prima Ruth. Gracias de todo corazón. Os siento parte de mi familia. También a Puri y a Juan.
Voy a ir terminando, que sino no acabo en la vida! Jaja Nunca pensé que tendría a tantísima gente a mi lado. Si el día que venza al bichito me dieran un trofeo, os lo tendría que dar a todos vosotros. GRACIAS GRACIAS Y GRACIAS!!!


Siento si me he explayado demasiado, soy muy pesada jajaja
El día 23 de Enero me hacen el esperado PET. Viajecito a Ciudad Real que os contaré en mi próxima entrada. 

lunes, 13 de enero de 2014

Medicina Nuclear.

Cuatro de doce. Un tercio superado.
El viernes me dieron mi cuarta dosis de quimioterapia. (Es escribir la palabra quimioterapia y se me pone una sensación rarísima en la garganta). Esto significa que ya he acabado el segundo ciclo. Pronto sabremos si el bichito está resistiendo o estamos acabando con él.
Para ver en su totalidad las células cancerosas que hay en el cuerpo, es necesario hacer una prueba específica: el PET. No es la primera vez que me lo hacen, ya que para ver en que estadio se encontraba el linfoma antes de empezar con la quimio, tuve que ir a hacerme uno. Un viaje en ambulancia desde el hospital de Guadalajara hasta el hospital de Ciudad Real (no podía estar más lejos...).

Es una prueba bastante sencilla. Lo primero que me llamó la atención fue el gran letrero en el que ponía: "Medicina nuclear". Me resultó bastante "chernobylesco"... pero de lo que más meacuerdo es de lo que pasó a continuación: me metieron en una pequeña habitación, bastante fría. Apareció una enfermera, con un extraño traje, como de plástico, y entre su manos llevaba una gran jeringa metálica, que parecía recién sacada de la central nuclear de Springfield.
Y como no, yo que pregunto todo... ¿¿¿¿que es eso????
Un líquido radiactivo, que ilumina todas las células cancerosas. Por extraño que parezca, no sentí nada. Me dejaron a oscuras en esa pequeña habitación, tapadita y en un sillón, de estos de hospital, estos que parecen cómodos pero que no lo son (que se lo digan a mamá y papá). Una hora después, entré a una sala grande y me metieron en una máquina parecida a la del tac o la resonancia, esa que todo el mundo compara con una lavadora.Y un ratito tumbada sin moverme. Tan agusto.

Y eso es el PET, en resumen. Comparado con todas las aventuras que ya me ha tocado vivir, es un alivio que ésta sea tan light. Además se agradece que después de varias horas de viaje te dejen descansar un rato, hasta con una mantita y todo.
Solo espero, que es resultado sea positivo. Que estas cuatro sesiones hayan servido para derrotar a este asqueroso bicho, y que las ocho que quedan lo rematen.

"Cuando pierda todas las partidas
Cuando duerma con la soledad
Cuando se me cierren las salidas
Y la noche no me deje en paz.

Cuando sienta miedo del silencio
Cuando cueste mantenerse en pie
Cuando se rebelen los recuerdos
Y me pongan contra la pared

Resistiré, erguido frente a todo
Me volveré de hierro para endurecer la piel
Y aunque los vientos de la vida soplen fuerte

Soy como el junco que se dobla,
Pero siempre sigue en pie
Resistiré, para seguir viviendo
Soportaré los golpes y jamás me rendiré
Y aunque los sueños se me rompan en pedazos

Resistiré, resistiré."


El día 22 de enero es mi 21 cumpleaños, y es probable que lo pase en Ciudad Real. Pero será el mejor de los regalos... seguro que sí.

martes, 7 de enero de 2014

Flojera psicológica.

Desgraciadamente, y no quiero que nadie piense que he perdido el ánimo,  hay días muy malos también. Los peores son los días física y psicologicamente malos. Te da por pensar muchas cosas, de las cuales te arrepientes en el momento en que se pronuncian dentro de tu propia cabeza, por ejemplo: "¿todo esto merecerá la pena? Puede que esté un tiempo bien, pero ¿no volverá el bichito a joderme la vida cuando ya la tenga hecha? Cuando tenga hijos y responsabilidades.  Cuando tenga obligaciones serias... como le sucede a mucha gente que pasa por esto..."

En mi familia, hablamos mucho sobre la espada de Damocles. La espada de Damocles simboliza algo así como un peligro que acecha siempre, un arma mortal que puede caer sobre ti en cualquier momento. Esta espada estará sobre mis hombros toda mi vida. Advirtiendome día a día de que el cáncer puede volver en cualquiera de sus formas. Asustandome. Apuntandome directamente con su filo. Obviamente,  todo el mundo tiene posibilidades de sufrir esta enfermedad, pero quienes superan un cáncer viven con muchísimas posibilidades más.  Viven con su particular espada de Damocles.

Desde luego, estos pensamientos son puntuales, en los momentos en los que la saliva te sabe a sangre, y la garganta a lejía.  Cuando las piernas te tiemblan y las mandíbulas te duelen. Nadie dijo que esto fuera fácil, y una cosa tengo muy clara: jamás voy a mentir. Soy una persona que día a día sonrío y disfruto de los pequeños detalles que me regala la vida. Siento fuerza y ánimo el noventa y nueve por ciento de los días nada más salir de la cama. Pero en el momento en que me sienta derrotada, lloraré, y nunca le diré a nadie "estoy bien" cuando no lo estoy.

No todo iba a ser de color rosa. Hay días de todos los colores. Esto es muy difícil,  que nadie os engañe. Pero siempre podemos tomar dos caminos: el de la amargura o el de la sonrisa. ¿Cuál escogerías tú?

jueves, 2 de enero de 2014

Bienvenido Mister Hodgkin

A partir de ese momento, tenía que estar donde me correspondía: en la planta 4 (oncologia y hematologia). Nos mudamos, pero no muy lejos. Y llego el momento de colocar el hickman. Catéter que conecta la vena subclavia con una via que sale al exterior con dos luces (a este paso me meto a hacer medicina). Es complicado y difícil de explicar... Pero con que sepais que lo odio profundamente es suficiente. Sirve para administrar quimioterapia.
Recibí la pésima noticia de que no usarian mi amada anestesia general para colocarlo, sino la local. Juro solemnemente que el día que me lo retiren exigiré que me duerman.
A estas alturas ya estabamos a 11 de noviembre de 2013. Más de dos semanas en el hospital. Sin salir. Y sin fumarme ni un cigarrito...
Una de las cosas positivas de esto es que he dejado de fumar. Y la verdad es que lo llevo muy bien. Cuando empecé el tratamiento de fertilidad me dejaron irme a casa. Tres eternas semanas para las espaldas de papá y mamá durmiendo en un sillón que era la antítesis de la comodidad, tocaban a su fin.

Por fin, dos semanas después me confirmaron que el linfoma era (es) de hodgkin. Más concretamente Linfoma de Hodgkin de esclerosis nodular, estadio 2B. Dentro de las posibilidades que había, era la mejor.

El día 27 de Noviembre recibí mi primera sesión de quimioterapia (ABVD, cada 15 días) y hasta la fecha llevo tres, como se ve en la foto. Los efectos secundarios han ido a peor... Pero el ánimo y la positividad es la misma que al principio. Todavía conservo mi mata de pelo, que me corté para estar más cómoda y con el que me siento muy bella jajaja
No me preocupa para nada el tema del pelo, por cierto... Pero cuando se me caiga os contaré.

Bueno, supongo que aquí acaba el resumen de todo lo que ha pasado hasta ahora. Como no, os deseo a todos los que me leeis un feliz 2014. Se que este nuevo año será el mejor de mi vida. El año en el que me den la noticia de que he vencido al cáncer. Mi venenito rojo y yo acabaremos con ese bicho. La verdad es que lleva un tiempo conmigo, pero no le he cogido ningún cariño. El bichito de Mery tiene los días contados...